Artículo del día

EL FEMINISMO (2)

La mujer de la Iglesia católica, más allá de las opciones favorables o desfavorables al feminismo, puede tener  y tiene palabra útil para ayudar con sus posibilidades y sugerencias, como los hombres; pero, de tal modo que, como ellos, no disponga incondicionalmente de palabra o voto decisivo cuando  después de un acto de grupos, cuando se hace votación (en consejo pastoral, reunión etc.). La razón de la negativa no es porque sea mujer; la razón es  porque, en primer lugar –y es cosa obvia- , ninguna persona del grupo  tiene palabra o voto decisivo si decide  contra la doctrina, el bien, la ley  o la  disciplina de la Iglesia y porque, en segundo lugar, en materia de fe y costumbres, es el obispo quien debe decidir habida cuenta de la comunión jerárquica  con todos los otros obispos de la Iglesia y de los efectos que de ello se siguen… Se trata de las comunión eclesial del pueblo de Dios, tan explicada por el Concilio Vaticano II. Así como los obispos deben estar en comunión con el Papa y los restantes obispos, así también los fieles todos, hombres y mujeres, deben estar en comunión con el obispo propio. Si el obispo da por buena la palabra y el voto  de todo el grupo o de la mayoría de los fieles que intervienen, no es porque las palabras o los votos hayan tenido valor y derecho decisorio,  sino porque el obispo ve sintonía con la fe y vida de la Iglesia o por lo menos, porque la verdad, hecho o tema queridos por los opinantes o votantes no son contrarios a la doctrina de la Iglesia, ni a la comunión eclesial. Hay que añadir que, si en línea con la doctrina católica sobre los carismas, el obispo ve una inspiración del Espíritu, deberá hacerlo, además, con un agradecimiento impregnado de alegría y de humildad.

Son éstas, pues, las razones básicas –negativa y positiva- de la delimitación del valor del voto tanto del hombre como de la mujer cristianos dentro de la Iglesia, razones que hay quien no entiende porque piensa quizá más en los derechos humanos de las personas, de las mujeres, y en el feminismo y en la democracia, que en la doctrina, en la estructura y en el código de las leyes de la Iglesia.

Mons. Ramón Masnou. Del libro AMEMOS A LA IGLESIA

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Noticias Cristianas

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