Artículo del día

CARTAS A MARÍA (3)

Querida Madre,

Cuando rezo “Gloria a Dios en el Cielo…” en tus manos  pongo la súplica para que la subas a Dios. Tú, Madre, eres la mediadora, la mensajera…Tu misión es trasladar al Señor los gritos de angustia, el dolor silencioso, el agradecimiento de tus hijos.  Queriendo seguir tu camino intenté ayer trasladar el grito de nuestros misioneros, el abatimiento de los machacados a los hermanos de aquí. ¡Qué importante es la calidad del mensajero para conseguir que se conmuevan los corazones! Para esto, Tú, dulce madre mía, tienes calidad infinita para conmover el Corazón del Rey hacia sus pequeñas e ingratas criaturas.

No sé hablar. Tú sabes que las palabras me salen irregulares, que me bloqueo, que no sé expresarme…pero ayer no era yo; eras Tú que hablabas. Todos me entendieron. ¿Cómo no me ibas a escuchar? Somos dos amantes que hemos horadado los corazones y uno no niega nada al otro.

Dadme fuerzas para no pecar. Ayúdame a ir vaciándome. Que mi vida sea entregar la vida por los machacados. Clávame en la Cruz de los machacados, como clavase a Cristo en nuestra Cruz.

Recuerdo la escena: en Acomayo un niño, pobre como todos, se acerca a la Hna. Mercedes y le suplica: “mamá dulce.,..”¡Oh Madre Virgen!, como Tú nuestras hermanas que se han consagrado vírgenes para Cristo, reciben la fecundidad de centenares de niños que las llaman por su verdadero nombre de madres. De ellas reciben la comida, el vestido, la enseñanza y, lo más importante, los ponen a tu falda, porque Tú eres la Madre de todas las madres, la Virgen de todas las vírgenes.

Juan López

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Noticias Cristianas

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