Artículo del día

LA CONFESION (2)

El día 5 `publiqué un artículo con este título. Debo complementar parte del mismo. Para el sacerdote santo, escuchar confesiones es un martirio. Pude experimentarlo personalmente hace unos días.

En la sala de un Oratorio hay varios confesionarios. Me acerqué a uno donde ejercía un sacerdote que no conocía y con el que nunca me había confesado. Al terminar, arrodillado,  la exposición de mis culpas, el sacerdote estaba tan impresionado  que me repetía, con energía y enfado, expresiones contra la dureza de mi corazón…Después de la absolución, salió del confesionario  nervioso y agitado; me pareció que necesitaba descansar y orar para recuperar fuerzas y seguir confesando a los que aguardaban turno.

Sí, para la mayoría de sacerdotes santos, la confesión es un martirio… Me parece recordar que hace unos años un redentorista tuvo que hacer un gran esfuerzo para darme la absolución… Estoy plenamente convencido de que, por su propia voluntad, los confesores negarían muchas veces la absolución. Pero su misión sacerdotal, la obligación que tienen de impartir perdón y misericordia, les hace superar un espíritu de celo vindicativo.

Para que uno tenga la obligación de confesarse no solo debe ser falta en materia grave, sino también debe haber plena advertencia y pleno consentimiento. Tratando sobre la materia el  Obispo San Manuel González escribía a su sobrina: ”Respecto a tus dudas de lo que es grave o leve. En materia de limpieza (era una forma de decir, pureza) es grave lo que dándose uno cuenta y queriendo se hace, se dice, se desea o se mira contra esta virtud; en la duda de si has querido o no, quiero y te mando que no hagas caso, ni te examines, ni discutas por dentro si fue así o aso, ni te confieses. En otras materias como desobediencias, iras, malas caras, ociosidad, murmuración, mentiras para que lleguen a pecado mortal es menester que produzcan daño grave a ti o a los demás, y como esto no es corriente ni fácil, de ordinario no pasan de ser pecados veniales. En la confesión no hay obligación de confesar más que los pecados mortales ciertos y no hay  obligación de confesar los veniales; basta decir algunos de los que buenamente te acuerdes, La Comunión, por tanto, no debe dejarse si no es por el pecado mortal cierto no confesado.”

Jaime Solá Grané

About the author

Noticias Cristianas

A %d blogueros les gusta esto: