Artículo del día

MES DE MAYO, MES DE MARÍA (Día 6)

María me amará siempre. ¿Son ciertas estas palabras? ¿Siempre, aun en las ocasiones en que yo sea culpable? Sí, porque siempre conservará María su Corazón de Madre, y una madre no se cansa de esperar el regreso de su hijo, mientras viva este hijo.  “Vive, se dice a sí misma, pude volver”; y como el padre del hijo pródigo, deja siempre abierto su corazón; y sea cual fuere la hora del regreso, cualquiera que sea el estado en que puso el pecado a la pobre alma culpable, su alma tendrá siempre para Ella una palabra de amor.

Una madre no se cansa de procurar la enmienda de su hijo culpable. Todo lo remueve con tal de volver a traérselo; exhorta, reprende, amenaza, castiga. ¡Oh María!, si alguna vez, caído en pecado, me apartase de Ti, si descuidase mis oraciones, si perdiese tu recuerdo, haz que vuelva a Ti y a Dios, aunque se a la fuerza. Haz que lejos de Ti, encuentre tal desazón, tales decepciones, tal cansancio, hazme experimentar tantas humillaciones y tanto desamparo, que no halle refugio sino en Ti.

Una madre no se cansa de atraer por mil medios a los que pueden volver a ella. El único que puede volver al buen camino al alma culpable es Dios; por esto le ruega María que no nos castigue con la muerte, sino que nos dé la gracia del arrepentimiento. ¡Oh alma desgraciada! En el momento en que tus pecados excitaban contra ti la ira de Dios, María y pedía para ti algún plazo, plazo que Dios te concedió.

En el momento en que ibas a buscar el pecado, María se acercaba a la cruz de Jesús y decía a su Hijo: “Perdónale porque no sabe lo que hace”. ¿Y podré creer que me rechace María, que no  me ame ya, cuando arrepentido, vaya a arrojarme a sus pies? Prometo, Madre mía, no desesperar nunca, nunca más, de tu misericordia.

Mons. A. Sylvain

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Noticias Cristianas

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