Artículo del día

MES DE MAYO, MES DE MARÍA (Día 29)

María es la voz que me llama (IV)

“¿Quieres ahora que siguiendo contigo las horas del día, te indique los sentimientos que deseo  ver en tu alma?

Por la mañana al despertarte y por la noche al acostarte, besa respetuosamente la medalla que llevas al cuello. Es mi imagen, la imagen de tu Madre celestial; besa también el cordón que cuelga, y piensa complacido que es la señal de la cadena espiritual que te une a mi servicio. Di afectuosamente: ¡Oh Madre mía, te pertenezco; guárdame, defiéndeme, como cosa o propiedad tuya!”

Durante la oración, piensa que estoy a tu lado, y de tus labios deja caer en mis manos cada palabra que pronuncies como si dejaras caer una perla. ¿No es una perla cada palabra del Padrenuestro o del Credo o de los actos religiosos?

En la meditación dime simplemente: “¡Oh Madre mía, vive en mi memoria para que no se pierda el recuerdo de Jesús; en mi inteligencia para que no me ocupe sino en las palabras y obras de Jesús; en mi voluntad para que diera todo lo que quiera Jesús!” Hazme sabedora de todo lo que hubieras dicho y prometido a Jesús. Luego acaba repitiendo a Dios conmigo: “Manda a mi alma lo que gustes”.

En la Santa Misa y en la Comunión, únete a los sentimientos de respeto y amor que llenaban mi corazón cuando asistía al Santo Sacrificio y recordaba la Pasión de mi Hijo. Dime antes de comulgar: ¡Oh Madre mía! de tus manos quiero recibir a Jesús” Luego reza con pausa los actos de fe, esperanza y caridad.  Después de la Sagrada Comunión, di a Jesús: “¡Oh Jesús, os ofrezco la acción de gracias que os tributaba vuestra Madre!” Imagínate que voy a adorar, a dar gracias, a amar a Jesucristo en tu corazón, y dime: “¡Oh Madre mía, conserva a Jesús dentro de mí, haz que viva, haz que reine!”

Mons. A. Sylvain

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Noticias Cristianas

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