Artículo del día

MES DE MAYO, MES DE MARÍA (Día 20)

María en las pruebas

Permíteme, ¡oh María!, estudiar la vida que llevaste en tu infancia. Entonces no estabas sostenida por la presencia o el recuerdo de Jesús; entonces parecías humanamente  más débil; por eso tus lecciones me conmueven más y me parecen más fáciles de seguir.

¿Pasaron por tu infancia  los días de tristeza y tedio que oprimen mi corazón y me hacen tan penosa la existencia? ¿Pasaron los días en que los padecimientos del alma y del corazón me dejan con frecuencia deshecho en lágrimas? ¿Pasaron, en fin, estos días de contrariedad que tan inquieto me dejan?

-. Sí, hijo mío; excepto las penas que son castigo del pecado actual o consecuencia de las pasiones  que residen en el alma, de las cuales fui exenta en mi Inmaculada Concepción, experimenté, como tú, tedio, contrariedades, decepciones. Como tú, sufrí yo, y esto sin salir del período de  mi infancia, sin recordar mis sufrimientos del Calvario, para los cuales me fue necesaria  una gracia particularísima;  mis sufrimientos  fueron los de todas las alas a quienes Dios ama más que a otras. No, a mí no se me perdonó; ¿acaso no es el sufrimiento el pan cotidiano de todos? Un día sin padecer, ¿no es un día perdido? Pero, hijo mío, en los días de tedio me acercaba más a Dios, oraba con más fervor, esperaba con más paciencia.  Las nubes del corazón pasan como las nubes del firmamento. El día en que m i corazón estaba oprimido a causa de alguna humillación, alguna palabra poco amable, trabajaba con más ardor, oraba  con más piedad.

La oración y el trabajo dan siempre alegría y paz.

Mons. A. Sylvain

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Noticias Cristianas

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