Artículo del día

MES DE MAYO, MES DE MARÍA (Día 12)

María me llevará al Cielo, porque la amaré siempre, me encomendaré siempre a Ella y la serviré siempre.

1.- La amaré siempre.- Amar es experimentar  por una persona un sentimiento que nos une a Ella, que hace pensar en Ella con complacencia,  que nos induce a procurar contentarla y agradarla, que causa viva pena  cuando voluntaria o aun involuntariamente se la ha disgustado.

Este sentimiento experimento por María.  Permitió Dios que desde mis tiernos años lo infundieran en mi corazón; luego se ha ido robusteciendo, y aun en las mismas ocasiones en que he ofendido a mi Dios, por una gracia particularísima no se ha debilitado; este mismo sentimiento es el que me ha reducido de nuevo al deber.

Sin duda que todo sentimiento, de ello estoy muy seguro, es por su propia naturaleza mudable, variable, extinguible; pero el que siento por María no variará jamás, no se extinguirá nunca porque:

2.- Me encomendaré siempre a María, La oración es el alimento del amor sobrenatural; la oración es la conversación cotidiana con María, es pedir a María el auxilio de Dios para no pecar o para salir del pecado; la oración es el medio infalible para obtener la gracia, para vencer la tentación, para tener voluntad y fuerza de cumplir el deber.

María, madre mía, propongo rezar todos los días de mi vida una oración en honor tuyo. Y ya que no puedo, sin permiso, prometer con voto, lo prometo a lo menos con toda la fuerza de la voluntad de que soy capaz. Sea el Rosario, sea el “Acordaos”, sea la invocación “Oh Señora mía”… Estas plegarias servirán para conservar en mi corazón el amor que por Ti siento, ¡oh Madre mía!

Mons. A. Sylvain

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Noticias Cristianas

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