Artículo del día

¡QUÉ BIEN DICE LA MISA ESTE SACERDOTE!

El título de este artículo es una frase que pronuncian algunos católicos cuando han asistido a una SANTA MISA celebrada con devoción, amor y SIN PRISAS. Creo que es uno de los mejores elogios que se puede hacer a un sacerdote. Esta frase la decían los fieles de San Vicente de Paul. Porque, parece indudable, que la participación diaria en el sacrificio de la Misa  y la  Comunión debería incrementar el amor a Dios y a los hermanos, y no convertirse nunca en una rutina.

La Santa Misa no puede ser un tesoro oculto. La obligación del católico, especialmente del sacerdote, es propagar y difundir la fuerza de la gracia divina que se derrama por medio de la Santa Misa. Lo han entendido, sin duda, la multitud de católicos que, cada mañana, antes de emprender el trabajo diario, o por la tarde antes de recogerse en sus casas, rodean al sacerdote en el altar durante la oblación del Sacrificio.

El católico es consciente de que el Sagrario, el Sacrificio del Altar y la Comunión son columnas necesarias para vivir la vida como Dios quiere. Pero, ¡cuánto les ayuda  si ven al pie del Sagrario al sacerdote que después rezará la Santa Misa con extrema unción, especialmente en la Consagración, sin prisas, y repartirá el Cuerpo de Cristo con “temblor y amor” a los fieles!

Jaime Solá Grané

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Noticias Cristianas

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