Preguntaba un niño: “Si Dios han hecho el mundo, ¿qué había antes de que la hiciera?
-. Nada, solamente Dios existía.
-. ¿Y qué hacía? ¿No estaba triste?
Se le tuvo que explicar que Dios no puede estar triste, porque es feliz en sí mismo. Dios es un Dios único, pero no es un Dios solitario, ya que en Él hay tres personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, que se conocen perfectamente y se aman.
Pero el niño seguía intrigado.
-. ¿Y si no había nada de qué hizo Dios el mundo?
-. El poder de Dios es infinito, no como el del hombre, que siempre necesita una materia previa para crear, por ejemplo el mármol para una estatua, las palabras para un poema…Dios crea de sí mismo, con solo su querer, sin esfuerzo, sin materia previa. Es Dueño del existir.
-. Y si Dios edra feliz, ¿para qué creo el universo y los hombres?
-. Es verdad que Él no necesitaba nada de esto. Creó solo porque es bueno, para que el hombre compartiese su felicidad en el Cielo Y por amor al hombre creó todas las cosas.
Santa María Magdalena de Pazzis, cuando tomaba en su mano una fruta escogida o unas hermosa flor, las contemplaba diciendo: “¡Qué preciosa eres! Me recuerdas que mi Padre Dios me ama desde toda la eternidad. Todo lo que Él ha creado es como una flecha de amor para mí”.