Nuestra Web no trata temas políticos, pero por excepción es forzoso tratar el tema de la guerra de Ucrania. Parece cierto que el Sr. Putín, aunque estimase que el fin era bueno (terminar la guerra en Donbas), se ha excedido en los medios que están causando más daño del que seguramente quería evitar. Es lo normal cuando se usan medios que van contra la vida…
Pero también sorprende es el modo injurioso, mordaz, amenazante, sancionador, que los gobernantes norteamericanos y europeos, emplean contra el Presidente ruso. Por muy culpable que sea, lo tratan como un genocida, un “vencido”, que está ya bajo su poder y como acusadores potentes, abocan sus afiladas lenguas llenas de adjetivos despreciativos. Parece incomprensible que estén tan cegatos. Con su lenguaje avivan el odio. ¿Ignoran que el Gobierno ruso tiene más poder atómico que todos los otros juntos? ¿Saben que China es ya más potente que todo el Occidente europeo? ¿Pretenden con sus injurias y bravatas calmar la excitación rusa? Nunca se ha visto que un hombre exaltado recobre la sensatez bajo un torrente de insultos y amenazas, sobre todo si es tan fuerte como sus adversarios.
Con tanta injuria, tanto desdén, tanta amenaza…parece imposible ensayar el diálogo. Entonces, ¿por dónde empezar?
Creo que el Papa tendría que pedir humildemente y si es preciso de rodillas al Patriarca de Moscú, que intermedie cerca del Sr. Putin. Que los que le han insultado, tengan la humildad y habilidad de saber disculparse aun manteniendo su autoridad. Que el Presidente de Ucrania, en nombre de toda la nación, perdone como Cristo nos enseñó.
En un mundo en que nos podemos destruir unos a otros, la Justicia debe quedar en manos de Dios, como en su mano está la misericordia.
Jaime Solá Grané