“Dame almas, quítame lo demás”, éste era el carné de identidad para conocer a Don Bosco, el lema que le animó en sus empresas; un “quítame” que le lanzó a una gloria inmortal… Con estas palabras definía Mons Gaudenzi, obispo de Vigévano el afán apostólico del Santo de los muchachos pobres y abandonados.
¿Para qué tener colegios y clubs deportivos si no tienen por fin la formación radicalmente cristiana que enseñó Jesús, Hijo de Dios encarnado, y nos ha sido transmitida por Santos, como Don Bosco? Los colegios dirigidos por Ordenes o instituciones católicas, parroquias incluidas, que se limitan en el mejor de los casos a la promoción de valores “humanos”, tendrán cualidades sociales, no se duda, pero es posible que hayan invertido el lema: “Dame lo demás y quítame las almas”.
No es acomodándose al mundo que van a convencer. Mencionaré un sólo un dato. ¿Por qué siguen permitiendo ir tan mal vestidas a las jóvenes que acuden a clase?. ¿Piensan quizá que si se ponen “radicales”, perderán muchos alumnos e incluso tendrán que cerrar? ¿ Creen que un colegio “religioso” aun así (sin preocuparse de las almas de los alumnos), es mejor que el público?.
Si de verdad buscan la salvación de las almas de los colegiales… pueden seguir el ejemplo de Don Bosco, auténtico seguidor de Cristo. Él siempre supo distinguir entre prudencia y cobardía.
Jaime Solá Grané