Artículo del día

NEGAR LA SANTA COMUNIÓN

Eran cerca de las siete de la tarde. Había llegado a Niza y buscaba una Iglesia para participar en la Santa Misa. Todas cerradas, pero, al fin encuentro una abierta, la de S. Francisco de Paula, en la calle del mismo nombre. No hay misa. Pido al sacerdote la Comunión. Lógicamente, no me conoce y sin dudarlo se niega. Insisto. Nueva y definitiva negativa.

Recordé que hace unos años en N. Dame de París, un sacerdote negaba la santa

Comunión a una joven que le parecía inadecuada para recibir al Señor.

He visitado muchas iglesias en España, y nunca he visto casos semejantes. Y me he preguntado: ¿creen, de verdad, los sacerdotes españoles en la presencia misteriosa pero real de Jesús, en la Santa Hostia, con su Cuerpo, Alma y Divinidad? ¿Saben, en la práctica, lo que es un sacrilegio?

Al comprobar cómo muchas personas, especialmente mujeres, se acercan al Sacramento con modos que harían enrojecer a la Virgen María, me pregunto: ¿por qué el sacerdote no niega la comunión? En la duda, en beneficio de Jesús. Estoy seguro que fue la razón que motivó al sacerdote nicense para negarme la comunión. Un desconocido, a una hora intempestiva, pide la Comunión…

¿No es hora ya, de que las primeras comuniones dejen de ser un espectáculo? Ahora ya no voy a primeras comuniones, pero antes, no podía evitar la indignación. Así que prefiero no enterarme, ya que la solución -que la hay- no depende de mí. Hace tiempo leí publicado que en Lombardía se exigía una preparación de 3 a 4 años mediante Catequesis semanal, antes de recibir por primera vez el Sacramento. Que los sábados debían acudir a la Santa Misa en compañía de sus padres, y que éstos -los dos- acudían todas las semanas -en 3 ó 4 años- a conferencias sobre la religión. Creo que incluso se exigía que hicieran Ejercicios Espirituales. Al fin, antes de comulgar, se hacía al neo comulgante un riguroso examen. Como precioso corolario, estaba totalmente prohibido celebrar un banquete…

No me extraña que, si se toman así, en serio, las cosas de Dios, luego no haya el más mínimo empacho en negar la santa Comunión, cuando se crea que el fiel no está preparado.

Jaime Solá Grané.

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Noticias Cristianas

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