Entiendo que la Virgen María sea proclamada Reina de los Cielos, lugar de paz y felicidad. Pero me cuesta entender que la Iglesia la proclame igualmente Reina de la Tierra, donde vivimos más de SIETE MIL OCHOCIENTOS MILLONES DE DESGRACIADOS, camino de un infierno de dolor eterno. ¿Qué felicidad le puede dar a María este título de realeza sobre una Tierra que Dios proclamó “ maldita” por culpa del pecado?
Entiendo que los desgraciados la llamemos “Madre de Misericordia”, “Refugio de pecadores”, porque una madre ama a sus hijos por desgraciados y miserables que sean. Parece que la función de un Rey debería ser la felicidad de sus acogidos. Pero de los 7.800.000.000 ¿llegan a un centenar los que viven verdaderamente felices en esta Tierra?
Es cierto que Pío XII al proclamar la realeza de María, tenía muy en cuenta su maternidad espiritual sobre los abatidos hijos de Eva, y pretendía realzar junto a su bondad de madre, su poder de reina. Así podemos entender porque la invocamos como Señora y Madre.
Jaime Solá Grané.