Artículo del día

HABLEMOS DE LA JUSTICIA

La virtud de la Justicia exige se dé a cada uno lo suyo. ¿Hay justicia en el mundo? ¿Alcanza cada uno lo que le es debido? ¿Es siempre la virtud recompensada y el vicio siempre castigado? Es evidente que la respuesta es NO.

Creer en Dios implica creer en un Dios JUSTO.  Si en el mundo reina la injusticia, Dios no da a cada uno su merecido en este mundo. Es necesario pensar en otra vida, en la eternidad. No aceptar esta conclusión sería lo mismo que decir: “el bien y el mal son una misma cosa; el asesino y la víctima merecen la misma suerte;  el que ha hecho traición a la Fe tendrá la misma suerte que quien por la Fe ha llegado a dar la vida”.  Contrastemos dos vidas opuestas, una con escasos seguidores, otra que forma una inmensa masa.

Estamos ante una muchacha en el lecho de muerte: tiene veinticinco  años. Fue primero una niña dócil, después una joven casta, modelo de bondad y amor. Los pobres la llamaban un ángel. Despreciando el mundo, se consagró a los veinte años a Dios vistiendo el hábito de Hermana de la Caridad. Ahí la tenéis ahora en las congojas de la agonía, víctima de sus sacrificios. A quien la mira, dulce mente sonríe…   Tranquila y resignada, con el crucifijo en las manos, repite “Señor, en tus manos encomiendo mi alma”

Ayer ví a una joven tan mal vestida por la calle que daba vergüenza. Hacía recordar a otra joven, vergüenza de su sexo, deshonor y tormento de su familia, escándalo de cuantos la conocieron…También ella entró en agonía, y su postrera respiración, impenitente, fue un postrer insulto a la ley natural.

Es preciso admitir una vida futura en la cual se reparen las injusticias de la vida presente, donde Dios restablezca el orden que en la tierra está manifiestamente violado.

About the author

Noticias Cristianas

A %d blogueros les gusta esto: