Artículo del día Testigos de Cristo

TESTIGOS DE CRISTO: San Pedro Canisio

Teólogo, reformador de colegios y Universidades… y sin embargo San Ignacio lo empleó en oficios bajos y en enseñar retórica a los niños de los pueblos. Así quedó probada la firmeza de vocación de Pedro Canisio, su humildad y espíritu de sacrificio.

En 1549 regresó a Alemania: encuentra ignorancia religiosa, relajación moral, confusión ideológica a causa de los nuevos errores de los protestantes. Es preciso obrar con rapidez. Pedro «Va al grano»: reforma los colegios y Universidades afectados (Viena, Praga, Polonia, Dilinga, Friburgo…) y funda otros nuevos. Despierta con prudencia el fervor católico entre los profesores y estudiantes, fomentando más el estudio de la Escolástica, pues sin ella era difícil discernir o desbaratar los sofismas de los herejes. «A mi ver -escribe a S. Ignacio- la reforma de la educacn es el mejor auxiliar de la fe».

Había nacido en un hogar católico en Nimega (Holanda). 1521. De niño decía: «Señor, enséñame el camino de mi vida por el que pueda viajar tranquilo y llegar seguro a Ti». En su hogar reina un ambiente profundamente cristiano y amor a las tradiciones religiosas. Estaba estudiando en Colonia cuando es llamado a su casa: su madre, en el lecho de muerte, hace jurar a todos sus hijos que nunca se dejaran seducir por las nuevas doctrinas. Esto se le quedará grabado en su memoria.

La vida de los estudiantes se desenvolvía por aquel entonces en un ambiente de vicio, pero providencialmente Pedro Canisio encuentra a un fervoroso sacerdote. «Por su consejo rompí con mis niñerías y sofoqué el ardor de mis pasiones. No sólo le abría mi alma, sino que todas las tardes le confesaba las faltas en que había caído durante el día y aceptaba la penitencia que me imponía». Con una vida de fervor y estudio nuestro joven santo se evita un sinnúmero de ocasiones y pecados.

Ingresa jesuita en 1543. Desde entonces se fija en su mente una idea que jamás perderá de vista: luchar contra el Protestantismo.

Como educador

Repite a menudo: «Hay que enseñar, más que con el esplendor de la sabiduría, con el fuego de la integridad de vida y de la caridad». Esto lo quiere transmitir a nuevos apóstoles: un movimiento de fe activa y militante que oponga barrera contra las falsas doctrinas de la época. Como Nuncio de S. Pío V en Alemania, promulga y ejecuta los decretos de Trento.

Como escritor

Publicó su célebre Catecismo o Suma de Doctrina Cristiana, que agotó pronto varias ediciones, y durante mucho tiempo fue una admirable obra de apología: se le llama con razón «Doctor Catequista••. Su lema es: « Lo que todo el mundo busca es la moderación unida a la gravedad de/lenguaje y a la fuerza de los argumentos. Abramos los ojos a los extraviados, pero sin irritarles».

La muerte le llegó en 1597.

Detrás de San Bonifacio, Pedro Canisio es considerado el segundo apóstol de Alemania.

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