Artículo del día Testigos de Cristo

TESTIGOS DE CRISTO: P. Luis de La Puente

Written by Jaime Solá Grané

Así inicia el prólogo de sus Meditaciones: «Es tan propio de los religiosos de nuestra mínima Compañía de Jesús procurar, con la divina gracia, no solamente nuestra propia santificación y perfección sino también la de nuestros prójimos que, faltándome la salud para ejercitar otros ministerios que a este fin se ordenan, por no faltar del todo al fin de mi vocación, me incliné a escribir este libro, por medio del cual/os ayudase a negociar su propia salvación, que es el fin último de todos los cristianos, y también con ella la excelencia de la perfección evangélica…».

Había nacido en Valladolid en 1554. A los veinte años ingresó en la Compañía de Jesús. Durante un tiempo fue profesor de Filosofía y Teología, pero por razones de salud no pudo continuar el magisterio. Entonces fue destinado a cargos de gobierno, sobre todo al de padre espiritual, que desempeñó admirablemente hasta su muerte en 1624.

Su obra

Es admirable cómo en una vida escondida y sin las obras «espectaculares» con que asombran al mundo los grandes misioneros, un pobre Padre ha podido hacer tanto fruto en las almas. El apostolado del P. Luis de La Puente fue esencialmente el apostolado escrito, y sus obras se tradujeron a numerosos idiomas. Entre ellas están: Meditaciones de los Misterios de nuestra Santa Fe, que es la principal; la Guía espiritual, que dirige al lector en la práctica de la oración y mortificación; De la perfección del cristiano en todos sus estados; Vida del P. Baltasar Álvarez, que tiene el mérito histórico y ascético, pues por una parte el escritor es un contemporáneo y, por otra parte, tiene la elevación del asceta que ve realizado en su venerable maestro el ideal de hombre de espíritu que ha concebido; el Directorio espiritual para la Confesión, Comunión, Sacrificio de la Misa, y muchas otras. En todos estos escritos se muestra al mismo tiempo profundo teólogo, luminoso asceta y encumbrado místico hasta el punto que Royo Marín lo califica como el más importante místico jesuita.

¿Qué actualidad tiene?

El mundo de hoy se ha olvidado de la meditación. En una época de diálogos entre hombres, no se detienen a entablar un diálogo con Dios, el de un corazón que habla a su Padre, o lo escucha, o recuerda que ha estado con nosotros y que sigue presente en la Historia de la Humanidad.

Jesús dejó a sus Apóstoles y a toda la Iglesia el deber de predicar. Esto se ha hecho en cada siglo con los medios que había. En el siglo XVI los medios de comunicación eran pocos, básicamente los escritos, pues el gran descubrimiento de la época era la Imprenta. Este jesuita aprovechó bien la ocasión y se le conoce más por la relevancia de su obra que lo que hizo en su vida. Ahora en el siglo XX nuestro Santo Padre invita a todos los hombres, en especial a los seguidores de Cristo, a que aprendamos a usar de forma inteligente los medios de comunicación social, a distinguir entre lo verdadero y lo falso, entre lo útil y lo perjudicial, entre lo que enriquece y lo que empobrece (20-111-1992). La Instrucción Apostólica «Aetatis Novae» declara que la comunicación, más que la sola manifestación de ideas o expresión de sentimientos, es una entrega de sí mismo por amor. La comunicación es en este sentido el reflejo de la comunión eclesial y puede contribuir a ella. Se nos invita a usar los nuevos medios, que se han hecho esenciales en la predicación. Seríamos culpables ante Dios si no empleáramos para el bien estos medios que la inteligencia del hombre perfecciona cada vez más».

About the author

Jaime Solá Grané

A %d blogueros les gusta esto: