Artículo del día Testigos de Cristo

TESTIGOS DE CRISTO Alexis Carrel

En sus obras (La incógnita del hombre, Reflexiones sobre la conducta de la vida, La oración, Un viaje a Lourdes) denuncia el carácter inhumano de nuestra civilización materialista como jamás se había hecho.

Alexis Carrel es un lionés nacido en Empieza sus estudios de Medicina en la Facultad y es un alumno aventajado. Sufre la influencia materialista y positivista del ambiente (de Taine, Renán, Berthelot… ). Como resultado de estas influencias, el joven Alexis ha perdido la fe y afirma que no hay más certezas que la que se adquiere por hechos científicamente comprobados. Los grandes problemas del hombre, tan importantes como Dios, el alma espiritual e inmortal, el milagro, la ley moral codificada en el Decálogo… son para él puras hipótesis.

Después, ya convertido y escarmentado, lanzará la voz de alarma y repetirá a sus alumnos de Facultad estas palabras: « Vuestro deber es el de sobresalir en los estudios profanos: física, química, matemáticas, etc, pero al mismo tiempo debéis adquirir y mantener una cultura religiosa proporcionada a vuestra ciencia humana, sin lo cual ésta acabará por matar aquella; vuestra filología, vuestra física arruinarán vuestra fe».

Lourdes

En 1903 acepta suplir a un compañero que no puede ir a Lourdes a acompañar un tren de enfermos. No cree en los milagros; puede haber quizá un error en la observación. Aunque afirma: «Ciertamente ningún argumento puede nada contra la realidad de un hecho. A mí que me den hechos, y yo me inclino« Va a Lourdes dispuesto a ser un instrumento registrador que hace abstracción de sus opiniones; de vuelta sacará sus conclusiones.

Hay en su grupo de enfermos una joven, que sufre de peritonitis tuberculosa. Llega a Lourdes agonizando. Carrel confirma el diagnóstico de sus colegas y declara: «Si ésta curara, sería un verdadero milagro«

Aplican a la joven unas lociones con el agua y la llevan a la Gruta. Carrel piensa en sus adentros: «Ah, yo quisiera creer como todos estos desgraciados, que Vos no sois sólo una fuente exquisita, creada por nuestros cerebros, oh Virgen María. Curad, pues, a esta muchacha; ella ha sufrido mucho. Haced que ella viva, un poco y haced también que yo crea«. Ante el asombro de Carrel, al pie de la gruta, gradualmente la moribunda se va curando: sus facciones se iluminan, el pulso se normaliza, el vientre se deshincha poco a poco… Está curada. Lleno de alegría y desazón por la aventura, el doctor Carrel entra en la Basílica y ora. No es ésta su total conversión. Un milagro sin más no convierte a nadie; se requiere dejar trabajar a la Gracia de Dios -que respeta nuestra libertad- y la oración humilde. Avances científicos

De vuelta a Lyón, Carrel tiene la audacia de exponer su primer descubrimiento ante sus profesores, pero lo desechan. Marcha a los Estados Unidos. Allí multiplica sus descubrimientos, y es galardonado en 1912 con el Premio Nobel de Medicina. En1941 regresa a Francia para poner su ciencia al servicio de su país en guerra.

Un amigo lo describe así: «de sus profundas investigaciones había sacado una admiración entusiasta por la creación, que recaía finalmente en el Creador. Tenía de Dios una idea sublime… Lo amaba por encima de todo y lo prefería a todo».

Después de recobrar enteramente la fe y la práctica religiosa, moría Carrel en París en 1944.

About the author

Noticias Cristianas

A %d blogueros les gusta esto: