Antes de la pandemia, el sacerdote al dar la comunión a los fieles decía en voz baja a cada uno: “El Cuerpo de Cristo”. A causa del virus, ahora el sacerdote desde el altar y antes de distribuir la comunión, dice en voz alta y clara: EL CUERPO DE CRISTO, mientras levanta la Santa Hostia. Creo que hemos ganado mucho con este imposición forzada. Me explicaré.
El progresismo tan nefasto, tolerado como mínimo por muchos de los sucesores de los Apóstoles, consiguió introducir la idea de que la Eucaristía era un encuentro con la presencia de Cristo. Venían a decir que en la santa Cena, Jesús invitó a sus discípulos a que con el signo del pan y del vino, mantuvieran su presencia entre ellos. No había, pues, transubstanciación sino solo signos representados por el pan y el vino. De ahí que se pueda dar la comunión a los bautizados, de ahí que, si no está Jesús en Cuerpo, Alma y Divinidad, en la Sagrada Forma, se pueda distribuir como apetezca.
Ahora, ¿quiere Vd. diferenciar si el sacerdote que ha celebrado la Misa cree en la realidad de la transustanciación? Observe si antes de dar la Comunión a los fieles dice en voz alta, clara mostrando la Sagrada Forma: EL CUERPO DE CRISTO. En este Cuerpo, está su alma humana y su Divinidad de Verbo.
Jaime Solá Grané