En la Iglesia, faltan apóstoles que se dediquen, como los elegidos por Cristo, a la oración y a la predicación. Sobran plataformas, asociaciones, fundaciones, círculos, cenáculos, etc, etc… reuniones todas muy buenas para la relación pública, pero inútiles para convertir a un solo incrédulo.
Faltan convertidos que den testimonio de su cambio de vida y de su amor a Cristo y a la Virgen. Sobran monjas y curas que se dedican a politiquear y a pregonar su “obra social” con ansias meramente terrenas, sin ánimo de salvar ni un alma.
Falta espíritu de celo para la salvación de las almas y sobra mucha “charitas” de obras materiales.
Faltan misioneros que pasen hambre y sed y sobran religiosos bien acomodados en sus conventos con menú a escoger.
Faltan religiosos que acojan en sus conventos a los sin techo y sobran los que dan buenos consejos para que otros lo hagan, mientras sus residencias o conventos están medio vacíos.
Faltan muchas cosas…pero quizá sobran muchas más: sobran emisoras de radio y televisión, que, aunque tengan audiencia, no transmiten la más mínima convicción católica. Hablo de CONVICCION. Sobran infinidad de revistas editadas por Órdenes, Grupos y Grupúsculos. Parece que se editan para ocupar y pregonar que “aún existimos”.
Sobran infinidad de libros que nadie sabe por qué se editan…Sobran “Colegios Religiosos” en manos de laicos que, por sus frutos, no parece que transmitan la doctrina de Cristo.
Ya hemos escrito en otra ocasión que sobran sacerdotes y obispos, si no tienen el espíritu de Cristo. Debemos pedir que el Señor nos conceda, no muchos sacerdotes, sino SANTOS sacerdotes.
Jaime Solá Grané