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¿DE QUÉ OS HA SERVIDO GANAR TODO EL MUNDO?

¿DE QUÉ OS HA SERVIDO GANAR TODO EL MUNDO?

Para todos los cristianos de todos los tiempos es incisivo y estremecedor el texto de la CONVERSION DE SAN AGUSTÍN que figura como Meditación del día 24 de enero en nuestra Web.  Reproduzco unas líneas del inicio: “En Roma, en las reuniones o círculos católicos, no se hablaba más que de los solitarios egipcios, y también del número, cada vez mayor, de los que se despojaban  de sus bienes para vivir en un renunciamiento absoluto. ¿Para qué guardar  estos bienes si la avaricia del Fisco tenía tanta prisa en confiscarlos y los bárbaros ya los miraban de lejos? Aquellos bárbaros que descendían de la Germania, se apoderarían de ellos, tarde o temprano. Y, aun suponiendo que pudieran salvarse, para gozar de ellos siempre a precario, ¿merecía la pena de ser vivida tal vida? No había ninguna esperanza para el imperio y el tiempo de la desolación estaba cerca”.

Agustín se dio cuenta de que invertir en las cosas de este mundo es invertir en viento y  sombras.  Las grandes mansiones, palacios, torreones y castillos que edificaron  nuestros antepasados no tienen más utilidad que la de ser fotografiadas para reportajes. Ni siquiera sirven, en su lujo y apariencia, para que duerman los sin techo. Y ¿de quiénes son? Casi todos del Estado que los destina a Museos para nadie visitados…  Y ¿Dónde están los que los construyeron para inmortalizar su nombre? No creo que les haya servido para la salvación eterna de sus almas.

Agustín  comprendió que aquellos solitarios, como Antonio, que lo dejaban, habían sido inteligentes de verdad, mucho más que los emperadores que disfrutaban de los restos del imperio romano. Si nos situamos  en nuestro tiempo,  diremos:

Don Emilio Botín, usted que dedicó su vida a engrandecer el Banco, ¿de qué le ha servido en el lugar donde está? Si pudiera regresar a la Tierra, ¿haría lo mismo?. Cabría preguntar lo mismo a Don  José Luis Núñez, que vivió para crear una empresa millonaria en inmuebles. A Don Jesús de Polanco que, con sus MCS dominó España y a sus gobernantes. A  Don Adolfo Suárez, aureolado de triunfos políticos. Todos, todos los que dedicaron su vida a la riqueza, al honor, al poder, a la gloria de este mundo, de cualquier país, responderían a las preguntas: “Me equivoqué.  Todo lo que dejé en la tierra es paja que arde y me consumen en dolor. “

Lean la conversión de san Agustín. Y después, intentemos IMITARLO.

Jaime Solá Grané

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Noticias Cristianas

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