Artículo del día

AMAR AL MUNDO

Amáis al mundo. Seguís el impulso de vuestras pasiones. Procuráis satisfacerlas en todo. ¿Y sois feliz? Y en aquellos momentos pasajeros en que, reconcentrado en vos mismo, os halláis en estado de ver las cosas como son, ¿no os veis forzado a confesar que nada hay más engañador que las promesas del mundo, nada más falso que sus bienes, nada más frívolo que sus placeres y que, después de las rosas del mundo, os halláis en un camino  áspero lleno de espinas?

La vida de la gente del mundo, aun la de aquellos que pasan por más dichosos,  es vida triste, indigna de una criatura racional destinada a gozar eternamente de Dios.  Vida miserable,  a ella sacrifican la conciencia, el deber y la propia salvación. Han abandonado a Dios para ser dichosos y lo único que han conseguido es infelicidad. Este es el orden inmutable de la justicia divina: el pecador se afana en correr tras el goce  y el placer, y no tiene ni paz ni verdadera dicha. En el mismo pecado encuentra su pena y suplicio.  Le remuerde la conciencia, y si durante un tiempo consigue ahogarla, llegará día en que el vacío le obligará  a reconocer que las cosas que formaron el objeto de todos sus deseos, que le costaron tantos cuidados  son las que le hacen desgraciado.

Y si os habéis entregado a otra criatura, bien podréis  repetir lo que al morir decía el cardenal de Volsey, caído en desgracia de Enrique VIII: “¡Que no haya yo hecho para mi Dios lo que para mi Rey he hecho! No me abandonaría Él en este momento, como lo hace el amo a quien he servido”.

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Noticias Cristianas

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