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TENEMOS NECESIDAD DE MILAGROS

TENEMOS NECESIDAD DE MILAGROS

Los planes de Dios…los conoce Él. Pero no es ofenderle si intentamos conjeturarlos.

Tal como está el mundo me parece que necesitamos que Dios haga de nuevo muchos, muchísimos milagros, casi a diario. Porque los cristianos nos hemos vuelto tan tranquilos, que por poco que podamos, queremos vivir sin sobresaltos. Una actuación sobrenatural sacudiría nuestro dulce no hacer nada.

No creo que Jesús se ofendiera si le pidiéramos que volviese a hacer milagros como los que hizo durante su vida terrena, hace dos mil años. Los necesitamos, no para extinguir la pandemia, ni para curar enfermedades, ni para que mejore nuestra economía, ni siquiera  para la conversión de los clérigos.

Los necesitamos para confiar de verdad en Dios. Porque, por mucho que se diga y escriba, la confianza de hoy no es vital, es teórica. Se dice que se tiene confianza en Dios para quedar bien. En la práctica, ¿cuántos cristianos conoce usted que se hayan desprendido de sus riquezas hasta quedar endeudados para hacer el bien, confiando que ya el Señor proveería?

¿Por qué necesitamos milagros portentosos como los que hacía Jesús? Los apóstoles, ¡claro que eran sugestionados por la doctrina de Jesús! pero proclamaron su DIVINIDAD  cuando vieron sus milagros. Hoy, creo, que más que nunca necesitamos milagros que nos confirmen en nuestra Fe y nos den auténtica confianza, porque no somos mejores que los apóstoles.

¿Estoy errado si afirmo que la Fe de santos, como Bosco, Claret entre muchísimos, no era muy meritoria porque ellos comprobaban de facto que el Señor les escuchaba y les daba todos los milagros que le pedían?  Evidentemente que llevaban una vida santa, sin pecado, que les hacía gratos a Dios, pero a la vez es innegable que la respuesta divina confirmaba su Fe. Nosotros, pecadores, intentamos tener fe en la oscuridad de cada día, con cada oración que rezamos, pero no vemos ninguna confirmación a nuestras súplicas.  También Jesús hizo milagros a petición de muchos imperfectos y pecadores. No todos fueron como el centurión…Por esto me he atrevido a este artículo: necesitamos milagros, no sólo para salir de nuestra tranquila indigencia, sino para remover la sociedad en que vivimos, para el apostolado. ¡Qué bien  nos iría una Fe confirmada como en  Bosco o Claret!

Pero, en fin, este artículo  es solo una conjetura. El por qué de todo sólo lo sabe Dios. La conclusión sería: ¡ojalá Dios hiciera más milagros para aumentar nuestra fe y hacer un bien mayor, para la salvación de las almas y gloria divina!

Jaime Solá Grané

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Noticias Cristianas

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