La enarbolan todos los pecadores especialmente aquellos que más ayudan al Demonio en sus proyectos de muerte. Al frente va su horrible jefe, seguido de secuaces y cooperadores, en primer lugar están los ángeles que fueron arrojados del paraíso por seguir a Lucifer en su orgullosa rebelión. Para estos espíritus tan degradados, el mal viene a ser su segunda naturaleza. A continuación desfilan todos los hombres que se sometieron a la esclavitud de las pasiones y del pecado. En lugar privilegiado, junto a Lucifer, están los autores y propagadores de doctrinas irreligiosas e inmorales, los que han esparcido por todas partes el escándalo y tienen por oficio el matar las almas.
La bandera tiene tres franjas; y en cada una un nombre: RIQUEZAS, PLACERES, HONORES Lucifer habla así a sus seguidores: “¡Riquezas, placeres, honores…echad, echad sin cesar este triple cebo en el corazón de todos los hombres! Mostradles el camino lleno de flores, que busquen la felicidad en este mundo, que se rebelen contra el dolor, que satisfagan sus pasiones… Todo les está permitido…que aborten, que se suiciden si no pueden aguantar el dolor…y OCULTAD EL ABISMO QUE LES ESPERA “
Y los deseos, mejor órdenes del Demonio son ejecutadas con prontitud por sus ministros y cooperadores. Son activos, pérfidos y constantes para cumplir la misión que les ha sido encomendada. Gobiernos ateos y asesinos, medios de comunicación de todo tipo, religiosos apóstatas, todo vale. Lo importante es que el hombre satisfaga sus pasiones. Y el que no consiga ser feliz, ¡que se suicide con la eutanasia! Así el infierno irá dilatando sus fauces. Parece que es inmenso el número de los que cada día se condenan. Y para siempre.
Hemos descrito la bandera del demonio. Me puedo preguntar: ¿estoy enarbolándola?
Jaime Solá Grané