Artículo del día

LA VIDA RELIGIOSA, REGRESAR AL PASADO

Written by Jaime Solá Grané

Reconozco que es solo una opinión: si la vida religiosa quiere ser atrayente y que las vocaciones acudan… deben volver al pasado.

Dice el obispo de Vic, Mons Casanova que  “no es hora de las añoranzas de otros tiempos que ya han pasado”. Y celebra que los religiosos de Catalunya  se reúnan en un fórum “para escuchar a Dios… para discernir cuál ha de ser la respuesta de la vida religiosa hoy y aquí”

Desde el Concilio Vaticano II se ha avanzado en esta línea de alejarse del pasado, de modernizar las normas y reglas de sus santos fundadores. Transcurridos sesenta años, se puede ver el estado actual: disminución del número de religiosos, predominio absoluto de la edad avanzada y comunidades que semana tras semana dejan los conventos que han sido habitados durante siglos. Dice el Obispo: “no es hora de sospechas ni de condenaciones fáciles”. Supongo que el Obispo quiere hacer un acto de caridad, pero la verdad tiene sus razones. En un encuentro en el metro barcelonés, hace años, pude hablar con cuatro carmelitas de la Caridad,  de Vic,  Vedrunas, , que habían venido a Barcelona para escuchar unas conferencias que daba Marciano Vidal, el moralista de moda. Les mostré mi extrañeza  de que se dejaan amaestrar por tal personaje. Se mostraron ofendidas porque le admiraban… y, supongo, le obedecían. Creo que con esta simple anécdota , el Obispo ya entenderá. No quisiera mencionar a las benedictinas de Barcelona o de Montserrat…”El mal ha fet forat”, que decimos en catalán.

Creo que el error sigue siendo el común a todo: querer que la Iglesia se mundanice y así las personas que quieran entrar en un convento apenas encuentren diferencias que salvar. Mundanizar la vocación religiosa. Todo lo contrario de lo que observaban los santos fundadores, para quienes el mundo era un “enemigo del alma”. ¿Se han preguntado por qué las carmelitas de la Madre Maravillas tienen tantas vocaciones y jóvenes, y no tienen que cerrar conventos? Es porque han recuperado el espíritu de Santa Teresa de Jesús. Con la  misma vida ascética, instrumentos de penitencia inclusive,  de las carmelitas descalzas que fundó su Patrona.

 Le diría a Mons. Casanova: “No olvidemo el pasado. Vale la pena añorarlo para inculcarlo de nuevo.  Menos mundo y más oración y sacrificio”. Pero, de los consejos de un laico, ¿quién se fía?

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Jaime Solá Grané

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