Cuando Dios pronunció la maldición sobre la tierra por culpa del pecado, no fue a causa de un acto súbito, colérico al estilo del hombre iracundo que no aguanta una ofensa. Fue una maldición en toda regla. Y el hombre que vive en la Tierra y formado de ella, como todo animal, recibió la maldición divina. Esta es la causa de la infinita maldad del hombre. . Un cuerpo de la misma sustancia del perro, del gato… Nuestros instintos son como los de todo animal, sea lobo, víbora, escorpión…pero agravados por la malicia de un alma racional.
Al afirmar que la maldad del hombre es infinita no le atribuyo una cualidad divina, pues lo infinito, como creo que afirma santo Tomás de Aquino, puede aplicarse al universo que es lógicamente creado. También el alma creada por Dios pasa a tener una cualidad sobrenatural al ser eterna. Así se puede afirmar que el hombre creado tiene una maldad infinita sin entrar en maniqueísmos ni nada semejante. La maldad del hombre no solo es general en toda la especie sino que es infinita en cada hombre. No necesitamos relatos televisivos sobre las monstruosidades que se cometen; basta el trato diario con los hombres para certificar la maldad existente.
Por esto la virtud más necesaria para el hombre es LA PRUDENCIA. Evitar al máximo el trato con los hombres. Por esto los Santos huyeron al desierto o a monasterios de rigurosa clausura. Alejarse del hombre que es propiedad del demonio, fue el camino elegido `por los grandes Santos. Ya Jesús dijo refiriéndose a todos los hombres: “Si vosotros SIENDO MALOS sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos…” (Luc. 11, 13)
Jesús, de los treinta y tres años, vivió treinta en total oscuridad, y en los tres últimos intentaba esquivar el gentío, evitaba las ciudades populosas y en especial el trato con los grandes de la tierra. Prefería predicar a pequeños auditorios y murió sin casi haber hecho prosélito alguno.
Creo que el católico se alegra de que la santa Humanidad de Cristo, la Virgen María y los Santos que sufrieron el martirio sean impasibles; que la infinita maldad de los hombres ya no les alcance ni les produzca dolor o sufrimiento. La maldad que los hombres escupen contra el Cielo y contra los cristianos, cae sobre los mismos malvados. Y es el modo de reproducirse. Por ello se afirma que en la Tierra triunfa el Mal.
Jaime Solá Grané