Las ONG de la Iglesia son evidentemente confesionales pero ¿en su actuación con los acogidos no actúan como aconfesionales? ¿Evitan manifestar que son católicos para no “presionar” a la persona que caritativamente atienden? Creo que piensan que lo importante es ver lo que son: personas.
A veces me pregunto: ¿Por qué nosotros, además de acoger a las personas necesitadas, no les damos la formación cristiana? Creo que la dignidad de la persona tiene componentes esenciales: en lo material, que tengan alimento, vestido y cobijo decente. En lo espiritual, que tengan conocimiento de la Verdad. Así como no puedo imponer a ninguna persona que duerma bajo techo y no en la calle, tampoco puedo imponerle la Verdad de la Fe católica. Pero en ambos casos debo darle la oportunidad de vivir en la dignidad, de techo, comida y vestido en lo material y de conocer la Verdad de nuestra Fe. Si no le doy esta oportunidad –que puede libremente rechazar- le estoy defraudando en la parte más importante de la dignidad humana: su derecho a la Verdad.
En la Casa de Acogida han convivido, meses y años, personas de la religión ortodoxa, evangélica, musulmana, budista con personas ateas o agnósticas. A todos se les ha tratado igual. Todos han aceptado y agradecido la asistencia material –comida y techo gratuito- y muy pocos han aceptado la Verdad de nuestra Santa Fe. Pero nosotros, para todos, hemos expuesto la realidad de la Fe verdadera. Y todos han obrado con plena libertad. Se les ha respetado, pero todos han tenido la ocasión de conocer la Verdad. Solo Dios sabe si este conocimiento dará fruto algún día-.
Jaime Solá Grané