Artículo del día

LA CRUZ DE CADA DIA

Written by Jaime Solá Grané

¿Es posible que Jesús utilizara un eufemismo cuando nos enseñó el Padrenuestro?  Para no asustarnos nos dijo que pidiéramos al Padre: “Danos hoy nuestro pan de cada día” cuando en realidad debíamos pedir “Danos hoy nuestra cruz de cada día”. Para el cristiano  el pan de cada día es la cruz.

El cristiano sabe que es sufriendo como salva la vida, y que gozando del mundo morirá.  Se pregunta: ¿de qué les va a servir a los millonarios el acrecentar cada día su fortuna, como informan las noticias, si en pocos años, al morir, sólo les servirán de peso para bajar más rápidamente al infierno? ¿de qué le va a servir a uno el haber sido rey o presidente de la nación o del gobierno, si en pocos meses  va a sufrir en el infierno por toda la eternidad? ¿a estos pobres y desgraciados voy a envidiar?

A quien vale la pena envidiar es a las monjas de clausura, a los misioneros  que sufren (toman ese pan a diario), a los apóstoles que dan su vida para ayudar a la salvación de las almas, o sea a los que se toman en serio la enseñanza de Cristo. Estos sí que han sido inteligentes, al encontrar la Sabiduría, ese don divino que enseña a valorar las cosas en función de la eternidad.

Por intentar evitar la cruz, el que había sido preconizado Vicario de Cristo y primer Papa, Pedro, fue rechazado por Cristo como si fuera Satanás. El que se interpone en el camino de la cruz, aunque sea Pedro, desempeña el papel del gran adversario, el demonio.

Hay cruces de todo tipo, pero voy a referirme a una que es asidua. El cristiano que reza mucho para  obtener una gracia de Dios, y sin embargo, contempla como pasan años y años sin que “Dios le escuche”. Para el que tiene fe, es una cruz de gran sufrimiento. Le parece que Dios no cumple su parte del trato: “Pedid y se os dará”…Pero como decía mi madre (q.e.p.d.) “¡Quién es Dios y quién soy yo!”, para significar que  ante la voluntad divina,  nosotros las criaturas no somos  nada;  solo podemos aceptarla con amor o al menos con  resignación.

Ya san Pablo nos advirtió que la cruz es necedad para los paganos.

Jaime Solá Grané

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