Artículo del día

LA CERTEZA DE LOS DOGMAS

Written by Jaime Solá Grané

Una de las constantes en la historia de las conversiones del protestantismo al catolicismo ha sido la comparación entre el fraccionamiento y relatividad de las sectas protestantes en contraposición a la unidad y certeza del magisterio de la Iglesia Católica.

Escribía Chesterton: «Es evidente para mí que una Iglesia que quiera obrar con autoridad debe estar en grado de dar respuesta a las grandes cuestiones morales. Ahora, ¿puedo yo admitir el canibalismo o el asesinato para reducir las poblaciones o para otras reformas científicas y progresivas semejantes? Una Iglesia provista de autoridad de magisterio debe saberme decir si se puede o no. Pero las Iglesias protestantes mantienen una enorme desorientación respecto a cuestiones como la limitación de nacimientos, el divorcio, el espiritismo». Y terminaba refiriéndose a la Iglesia anglicana: «Ella está dividida en el obrar; y yo no sé qué hacer de una Iglesia que no es militante y no sabe ordenar una batalla, ni sabe combatir ni marchar en una dirección única».

Otro convertido célebre, Stoddard, narra como del puritanismo llegó a la crítica racionalista y al individualismo protestante. Pero el Evangelio de Jesús -su vida y doctrina- no lo veía reproducidos en las inquinas y discordias de las Iglesias separadas. A causa de las disensiones entre ellas no podía ser que el Espíritu Santo las infundiera por igual, ya que evidentemente el espíritu de Dios no es contradictorio.

Desde el Concilio Vaticano II, algún observador podría creer que en la Iglesia hay división, que una nueva cultura ha partido la iglesia Católica, y que el humo de Satanás del que hablaba Pablo VI se ha resistido a salir por las chimeneas y ventanas abiertas para seguir dentro de la Iglesia. Nada más equivocado.

Cada católico conoce bien, si quiere, cuál es la doctrina cierta de la Iglesia en los grandes temas que preocupan a la humanidad: aborto, divorcio, eutanasia, embriones, cuestión social, cuesti6n sexual, inmigrantes, capitalismo, democracia, ecología, drogas, guerras, familia, justicia, libertad, etc…

Es- cierto que en un colectivo tan amplio como el que forma la Iglesia Católica hay herejes que difunden por su cuenta y cargo doctrinas contrarias. Es otra constante histórica. Siempre ay «lobos vestidos de ovejas que se programan para encaminar hacia el error», como denunció hace años el Cardenal Carles. Se creen católicos pero saben bien que son herejes pues enseñan., con nombres y matices nuevos, lo que durante veinte sigl

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Jaime Solá Grané

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