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TENTACIONES
“Las Tentaciones “, ¡otro libro que trata temas pasados de moda!
Comprendo su exclamación. Hoy, siglo XXI, todo se reduce a instinto, apetencias, gustos… porque no se cree en el demonio, y por tanto, en las tentaciones. “Es mi natural”, “es química”, “tengo un temperamento fuerte”, “es normal que a un hombre le guste una mujer, ¿no?”, “no puedo ser hipócrita” (quiere decir que es justo pregonar su inteligencia y acierto en los negocios), “todos lo hacen”… y así una retahíla de razones humanas que solapan las tentaciones de que hablaban nuestros antepasados.
Si un triunfo del demonio es pasar desapercibido o que no se crea en él; si otro triunfo del demonio es la creencia de que no hay infierno y que nadie se condena; su triunfo definitivo sería la creencia de que el pecado no existe. Hay a lo sumo error, ignorancia, afán desmesurado de poder, de gloria, de dinero, de sexo… Todo humano, muy humano.
Pero estas vendas que se colocan para no ver la luz de la verdad, les serán arrancadas en el mismo instante de la muerte. El alma reconocerá que es inmortal y descubrirá todo el mal que ha hecho al sucumbir a las tentaciones del demonio.
Pero entonces ya no habrá remedio. Aquella persona quedará condenada al infierno por toda la eternidad.
Y ahora, después de leer esto… ¡que se rían, que se burlen, que sigan caricaturizando a Dios los desgraciados pecadores y dibujantes de revistas al estilo de Charlie Hebdo! Y que sigan disfrutando de sus perversidades tantos lectores. Ya estaba anunciado en la última página de la Biblia: “¡Que el manchado siga manchándose…: Fuera los perros, los hechiceros, los impuros, los asesinos, los idólatras, y todo el que ame y practique la mentira!”
Jaime Solá Grané