Artículo del día

Cuento o historia…

Cuento o historia…
Written by Jaime Solá Grané

Verano, sobre las seis de la tarde. Juan, de unos treinta años, conduce su utilitario de segunda mano por una carretera estrecha y llena de curvas mientras detrás suyo un deportivo último modelo con dos jóvenes se le acerca tanto que teme un encontronazo. Por fin llegan a un pequeño pueblo. Los jóvenes le pitan para que se detenga. Juan les observa sonriente. Ellos le preguntan por un bar de alterne, que les han dicho hay por allí… «Queremos divertirnos. ¿Tú no has ido?…» Y así se enrollan de un tema a otro. Hay química. Son ya cerca de las siete y Juan les dice: Cuento o historia…

-¡Qué lástima! Tengo que dejaros. Voy a ir a misa, a las siete…

Sus nuevos amigos se ríen. ¡Cuántos años hace que no han pisado una iglesia!

-¿Por qué no venís? Os divertiréis… el cura es un anticuado y luego lo podréis explicar como una aventura, más divertida que ir a ese bar.

Aceptaron, riendo. Fueron al templo pequeño; estaba bastante lleno.

Los dos jóvenes tuvieron que sentarse en el primer banco.

-. Un momento, voy a ver qué pasa allá dentro, les dijo Juan y entró en la sacristía. Poco después apareció revestido de los ornamentos sagrados, mientras les sonreía, incluso les pareció que les guiñaba el ojo. Era divertido. De reojo observaban qué hacían los demás, al levantarse, al sentarse… Juan les miraba a menudo sonriendo, y los dos se sintieron protagonistas, nada incómodos.

Luego vino la homilía.

«Os hablaré del infierno, pero serán solo cinco minutos. No os cansaré», dijo riéndose el cura.

-. Imaginaos la belleza de una mujer, que os ha embobado tanto que su imagen no os la podéis sacar de la cabeza, ni de noche ni de día. Pero ¡ay! sabéis que no os quiere ver, que os desprecia, que os odia. Bien quisierais olvidar su belleza, su dulzura, pero no podéis. Su belleza está clavada en vuestra mente, en la imaginación, en el corazón… No sé si alguna vez os habéis enamorado. Si es así, elevad a la enésima potencia aquella sensación, y aún estaréis muy lejos de la belleza de Dios… ¿Qué es el infierno? Es estar separado de este Ser que no os deja vivir. Saber que os odia, y que así será siempre: toda la eternidad. En este mundo, el amante frustrado puede suicidarse. Pero ¡bien quisiera el alma condenada dejar de existir! pero es inmortal. Sufrirá eternamente por el deseo de ver a Dios, siempre en frustración. A esto unido a los terribles tormentos que el cuerpo también sufrirá: ni todos los dolores de este mundo os darían una idea… Y por toda la eternidad.

Juan consultó el reloj.

-.Aún me quedan tres minutos. ¿Cuántos estáis aquí? Os conozco bien. Estoy dos días a la semana con vosotros, lunes y jueves, pues los otros días tengo que asistir a otros pueblos. Conozco también a los que no vienen a la santa misa. Estoy seguro que si ahora mismo murieseis todos, apenas se salvarían dos o tres. Porque estáis en pecado mortal, separados de Dios. O sea os condenaríais al Infierno. ¿Dios nos condena? No, sois vosotros que no queréis ser salvados por la misericordia de Dios. Corréis tras el sexo, el dinero, la difamación, la borrachera…

Juan prosiguió la ceremonia. A llegar a la comunión advirtió:

-.Que solo se acerquen a comulgar los que estén en gracia de Dios. Se acercó una joven, que Juan conocía bien, y que en el pueblo se la consideraba un poco discapacitada.

-.Te voy a dar el Cuerpo, la. Sangre, el Alma y la Divinidad de Cristo en este poco de pan.

Nadie más comulgó.

Al terminar la misa les dijo:

-.Ahora estaré en el confesionario, para perdonar los pecados de los que quieran pedir perdón a Dios. Luego, a los que quieran les podré dar la comunión, aun fuera de la santa misa.

Y aquí se termina el relato

Si esto fuera un Cuentecito, acabaría diciendo que todos se arrepintieron, se confesaron, incluso los dos jóvenes, que hubo llantos y lágrimas de agradecimiento al Buen Dios, que todos comulgaron luego…

Aquello de «colorín, colorado…»

Pero si es una historia  podría acabar explicando que Juan permaneció media hora en el confesionario y nadie se acercó. Al levantarse la iglesia estaba desierta y los dos jóvenes habían tomado su flamante deportivo camino de…

“Padre Justo, dijo Cristo, el mundo no te conoce…”

Jaime Solá Grané

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